ENSALADA SOUND. Programa nº 6. Jueves 29/02/2012.
Ayer nos volvimos algo bohemios y románticos y decidimos hablaros de París, oohh París, refugio de artistas y enamorados, de bohemios y tunantes, siempre... París.
Hablar sobre París es hablar sobre la ciudad del amor, un horizonte hacia el que huyen jóvenes parejas enamoradas a perderse de todo y encontrarse consigo; es hablar de revoluciones donde el pueblo fue más pueblo que nunca. París es bohemia y refugio de escritores malditos, inspiración y tumba de músicos prohibidos. Es una y muchas ciudades a la vez, donde dejarse llevar es la mejor forma de conocer a las musas que allí se esconden.
Si hablamos de bohemia es inevitable mentar el barrio de Montmartre, un lugar donde durante muchos años se han dado cita cientos de artistas urbanos, que se enfrentaban a la virginidad de sus lienzos, dejándose seducir por el ambiente que se creaba a los pies del Sacré Coeur. A pesar de que la afluencia de turistas en la zona ha propiciado la búsqueda de dinero fácil por parte de un sinfín de ávidos retratistas oportunistas, la esencia de lo que fue antaño permanece viva en este barrio que se alza como el más afable de los miradores de la ciudad de la Luz.
Y si en Montmartre queda patente la bohemia parisina, en los Campos Elíseos queda reflejada la grandeza de una ciudad que vio recorrer victoriosas a las tropas de Napoleón Bonaparte, cuyas hazañas bélicas se encuentran grabadas en el glorioso Arco del Triunfo al amparo de la siempre prendida llama en honor del “soldado desconocido”. Si en el extremo occidental encontramos el citado Arco del Triunfo, en el otro extremo de los Campos Elíseos se encuentra ubicada la llamada Plaza de la Concordia, también llamada en su momento plaza de Luis XV o plaza de la revolución, y famosa por ser el lugar donde tuvo lugar la ejecución del monarca Luis XVI, victima de la famosa guillotina, invento que el mismo mando a construir.
Otro París más amable por conocer es el que encierra en sus adentros el Barrio Latino, escenario de mayo del 68, y posiblemente el que más vida respira por estar poblado principalmente por jóvenes estudiantes. No nos resultará complicado dejarnos caer por algún club de jazz, con actuaciones en directo sobre enormes adoquines, entre los que se ha dejado brotar la hierba para propiciar una sensación mas cautivadora, o aprovechar la ocasión de perdernos por alguna librería de la zona, en la que además de encontrar algún volumen de los que resultan difíciles de hallar en librerías convencionales, se nos invitara a gozar de la lectura en sofás y sillones enclaustrados entre las estanterías.
Una visita más alternativa, aunque no por ello menos interesante, es la que nos brinda el cementerio de Père-Lachaise. Se trata de un escenario un tanto tétrico, pero enfundado en un ambiente sobrecogedor, donde se hallan enterradas grandes celebridades como Oscar Wilde, en cuya tumba quedan estampados periódicamente decenas de besos de carmín. Los restos de la cantante francesa Edith Piaf es otro de los grandes reclamos del cementerio, con una lápida que hallaremos siempre cubierta de flores que siguen a dia de hoy depositando los seguidores de la cantante parisina. La tumba de Chopin, o la escultura de Georges Rodenbach, pero sin duda es Jim Morrisson, el que fuera cantante de “The Doors”, el que más expectación levanta entre los turistas, su tumba y el busto que la preside se encuentran siempre protegidos por una valla y dos guardias de seguridad, debido a ataques que recibieron por parte de algún que otro fanático en el pasado.
Y de un cementerio centenario pasemos a hablar a un centro de arte moderno, para seguir descubriendo los contrastes ofrecidos por la capital francesa. Nos referimos al centro Pompidou, más correctamente llamado “Centro Nacional de Arte y Cultura Georges Pompidou”, cuya construcción en 1977 transformó lo que era un deprimente barrio parisino, en un emplazamiento turístico de obligada visita. Lo que caracteriza al centro es el intento por dejar mostrar desde el exterior, las estructuras más básicas de su edificación (tuberías, conductos, escaleras…), para después imprimirle colores que realcen la belleza del edificio. En su interior tienen lugar diversas exposiciones donde hay que destacar algunos cuadros de artistas tan significativos como Picasso, Matisse, Kandinsky o Miró. El ambiente que encontramos entorno al edificio es espectacular, nuevamente hablamos de destellos de bohemia parisina, puesto que a sus pies decenas de artistas callejeros, que van desde mimos hasta músicos de instrumentos de diversos orígenes étnicos, amenizan la escena a jóvenes, y no tan jóvenes, que se sientan a descansar o simplemente a leer un rato en los aledaños del arte moderno de Pompidou.
Pero si de belleza arquitectónica hablamos, seria un crimen no hacer referencia a la catedral gótica de Notre Dame, dedicada a la virgen María, y que se encuentra arropada por las aguas del río Sena. Esta catedral es un símbolo de la creciente prosperidad que obtuvo Francia como fruto de las relaciones comerciales a comienzos del siglo XII, así como del peso que ejercían el clero urbano y la burguesía por aquel entonces, a lo largo de la historia, muchos han sido los cambios que ha sufrido con el objeto de adaptarse a diversas épocas.
El Museo del Louvre es otro de los puntos de visita obligada por los turistas y por todos los amantes del arte. Poco se puede decir que no haya sido dicho ya de este museo que en sus orígenes fuera un castillo medieval, y que fue transformado a posteriori en palacio real, que dio cabida a innumerables colecciones reales. Muchos grupos de turistas venidos de todas partes del mundo ansían contemplar la famosa Mona Lisa, del polifacético Leonardo da Vinci, así como La Venus de Milo, o grandiosas esculturas como La Victoria de Samotracia, que tiene su origen ni más ni menos que en el siglo II.
Y, por supuesto, no podremos decir que hemos estado en París sin habernos tomado la foto de rigor a los pies de la torre Eiffel, el monumento más visitado del mundo. Esta torre de hierro de 324 metros de altura fue construida en 1889 para la Exposición Universal que tuvo lugar ese mismo año, iba a ser retirada a la finalización de esta, de no haber sido por el clamor popular que logró que quedara ahí para la posteridad. Anecdótico resulta el hecho de que inicialmente fuera a ser construida en Barcelona, pero que se viera forzada a cambiar su emplazamiento a la capital francesa tras una negativa del ayuntamiento barcelonés.
Otros lugares de gran interés son la ciudad son La Ópera, el museo D´Orsay (emplazado a la orilla derecha del Sena), el Moulin Rouge o La Sainte Chapelle (s.XIII). Y es que como ya hemos reseñado antes, París es mucho París, y resulta imposible enumerar todos sus atractivos sin dejarse nada de lado. Por tanto la opción más recomendable es embaucarse en un viaje por la ciudad, y entre cafés y vinos de la región que degustaremos en sus innumerables terrazas, guía turística en ristre o planificar cuál será nuestra próxima parada. Eso sí, siempre de la mano del sosiego y la bohemia, para no espantar a las musas parisinas.
Si hablamos de bohemia es inevitable mentar el barrio de Montmartre, un lugar donde durante muchos años se han dado cita cientos de artistas urbanos, que se enfrentaban a la virginidad de sus lienzos, dejándose seducir por el ambiente que se creaba a los pies del Sacré Coeur. A pesar de que la afluencia de turistas en la zona ha propiciado la búsqueda de dinero fácil por parte de un sinfín de ávidos retratistas oportunistas, la esencia de lo que fue antaño permanece viva en este barrio que se alza como el más afable de los miradores de la ciudad de la Luz.
Y si en Montmartre queda patente la bohemia parisina, en los Campos Elíseos queda reflejada la grandeza de una ciudad que vio recorrer victoriosas a las tropas de Napoleón Bonaparte, cuyas hazañas bélicas se encuentran grabadas en el glorioso Arco del Triunfo al amparo de la siempre prendida llama en honor del “soldado desconocido”. Si en el extremo occidental encontramos el citado Arco del Triunfo, en el otro extremo de los Campos Elíseos se encuentra ubicada la llamada Plaza de la Concordia, también llamada en su momento plaza de Luis XV o plaza de la revolución, y famosa por ser el lugar donde tuvo lugar la ejecución del monarca Luis XVI, victima de la famosa guillotina, invento que el mismo mando a construir.
Otro París más amable por conocer es el que encierra en sus adentros el Barrio Latino, escenario de mayo del 68, y posiblemente el que más vida respira por estar poblado principalmente por jóvenes estudiantes. No nos resultará complicado dejarnos caer por algún club de jazz, con actuaciones en directo sobre enormes adoquines, entre los que se ha dejado brotar la hierba para propiciar una sensación mas cautivadora, o aprovechar la ocasión de perdernos por alguna librería de la zona, en la que además de encontrar algún volumen de los que resultan difíciles de hallar en librerías convencionales, se nos invitara a gozar de la lectura en sofás y sillones enclaustrados entre las estanterías.
Una visita más alternativa, aunque no por ello menos interesante, es la que nos brinda el cementerio de Père-Lachaise. Se trata de un escenario un tanto tétrico, pero enfundado en un ambiente sobrecogedor, donde se hallan enterradas grandes celebridades como Oscar Wilde, en cuya tumba quedan estampados periódicamente decenas de besos de carmín. Los restos de la cantante francesa Edith Piaf es otro de los grandes reclamos del cementerio, con una lápida que hallaremos siempre cubierta de flores que siguen a dia de hoy depositando los seguidores de la cantante parisina. La tumba de Chopin, o la escultura de Georges Rodenbach, pero sin duda es Jim Morrisson, el que fuera cantante de “The Doors”, el que más expectación levanta entre los turistas, su tumba y el busto que la preside se encuentran siempre protegidos por una valla y dos guardias de seguridad, debido a ataques que recibieron por parte de algún que otro fanático en el pasado.
Y de un cementerio centenario pasemos a hablar a un centro de arte moderno, para seguir descubriendo los contrastes ofrecidos por la capital francesa. Nos referimos al centro Pompidou, más correctamente llamado “Centro Nacional de Arte y Cultura Georges Pompidou”, cuya construcción en 1977 transformó lo que era un deprimente barrio parisino, en un emplazamiento turístico de obligada visita. Lo que caracteriza al centro es el intento por dejar mostrar desde el exterior, las estructuras más básicas de su edificación (tuberías, conductos, escaleras…), para después imprimirle colores que realcen la belleza del edificio. En su interior tienen lugar diversas exposiciones donde hay que destacar algunos cuadros de artistas tan significativos como Picasso, Matisse, Kandinsky o Miró. El ambiente que encontramos entorno al edificio es espectacular, nuevamente hablamos de destellos de bohemia parisina, puesto que a sus pies decenas de artistas callejeros, que van desde mimos hasta músicos de instrumentos de diversos orígenes étnicos, amenizan la escena a jóvenes, y no tan jóvenes, que se sientan a descansar o simplemente a leer un rato en los aledaños del arte moderno de Pompidou.
Pero si de belleza arquitectónica hablamos, seria un crimen no hacer referencia a la catedral gótica de Notre Dame, dedicada a la virgen María, y que se encuentra arropada por las aguas del río Sena. Esta catedral es un símbolo de la creciente prosperidad que obtuvo Francia como fruto de las relaciones comerciales a comienzos del siglo XII, así como del peso que ejercían el clero urbano y la burguesía por aquel entonces, a lo largo de la historia, muchos han sido los cambios que ha sufrido con el objeto de adaptarse a diversas épocas.
El Museo del Louvre es otro de los puntos de visita obligada por los turistas y por todos los amantes del arte. Poco se puede decir que no haya sido dicho ya de este museo que en sus orígenes fuera un castillo medieval, y que fue transformado a posteriori en palacio real, que dio cabida a innumerables colecciones reales. Muchos grupos de turistas venidos de todas partes del mundo ansían contemplar la famosa Mona Lisa, del polifacético Leonardo da Vinci, así como La Venus de Milo, o grandiosas esculturas como La Victoria de Samotracia, que tiene su origen ni más ni menos que en el siglo II.
Y, por supuesto, no podremos decir que hemos estado en París sin habernos tomado la foto de rigor a los pies de la torre Eiffel, el monumento más visitado del mundo. Esta torre de hierro de 324 metros de altura fue construida en 1889 para la Exposición Universal que tuvo lugar ese mismo año, iba a ser retirada a la finalización de esta, de no haber sido por el clamor popular que logró que quedara ahí para la posteridad. Anecdótico resulta el hecho de que inicialmente fuera a ser construida en Barcelona, pero que se viera forzada a cambiar su emplazamiento a la capital francesa tras una negativa del ayuntamiento barcelonés.
Otros lugares de gran interés son la ciudad son La Ópera, el museo D´Orsay (emplazado a la orilla derecha del Sena), el Moulin Rouge o La Sainte Chapelle (s.XIII). Y es que como ya hemos reseñado antes, París es mucho París, y resulta imposible enumerar todos sus atractivos sin dejarse nada de lado. Por tanto la opción más recomendable es embaucarse en un viaje por la ciudad, y entre cafés y vinos de la región que degustaremos en sus innumerables terrazas, guía turística en ristre o planificar cuál será nuestra próxima parada. Eso sí, siempre de la mano del sosiego y la bohemia, para no espantar a las musas parisinas.
Una interesante propuesta para el visitante parisino es la que nos ofrecen en la web
Como un destino popular y mágico, París y su turismo creativo se distingue como un pilar del turismo cultural, interactivo y sostenible. París es también una de las capitales de las culturas del mundo y un lugar donde las actividades artísticas y creativas no conocen fronteras. Danza africana y el tango, cocina italiana y tailandesa, centros de mesa florales y el ikebana ... puede participar en una variedad infinita de actividades de todos los ámbitos de la vida.
¿Te gusta música, la fotografía, la comida, la escultura, el teatro, la jardinería o cualquier otra actividad creativa? ¿Eres un artista profesional, o amateur o simplemente vas en busca de un contacto real con los parisinos que quieran compartir sus conocimientos?
En esta pagina encontrareis diferentes propuestas alternativas de la ciudad. Es una agenda cultural con todo tipo de informacion, pintura, musica, teatro, literatura, floristeria, ciencia, gastronomia. Cuenata tambien con talleres urbanos y cursos para que el espectador participe. Una propuesta mas para tener en cuenta si visitas la ciudad
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En este programa nos centramos en tres estilos musicales, por un lado música melodica francesa, cancion típica y evolución de esta, reggae y hip hop, hay que tener en cuenta que Francia es el áximo exponente del reggae y hip hop europeos.
El Setlist es el siguiente:
1- Thé à la Menthe - La Caution
2- Edith Piaf - Non, Je Ne Regrette Rien
3- Yann Tiersen - Les Jours Tristes
4- Chris Garneau - Fireflies
5- Dub Incorporation - Metissage
6- Saпan Supa Crew - La Preuve Par
7- Babylon Circus - Perdu - L'Envol
8- Afrika Bambaataa - The Jazzy Sensation (instr)
9- Raggasonic - Laisse Le Peuple S Exprimer (Feat Supa)
Y hasta aquí todo esperamos que os haya gustado y hasta el jueves que viene.
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